Mark Millar es una especie de Rey Midas del tebeo. Tebeo que idea -no necesita ni siquiera llevarlo al papel-, tebeo que salta a la gran pantalla. Ahí están para demostrarlo ‘Wanted‘ o la más reciente Kick-Ass. Millar se mueve como pez en el agua en el ‘mainstream’. Su último cómic, ‘Nemesis‘, que ve ahora la luz en España de la mano de Panini, va ya camino de ser carne de celuloide.

Millar es perro viejo en esto de vender su mercancía, y en unas declaraciones de las que después se retracto, aseguraba que «Nemesis’ es lo que pasaría si Batman fuese el Joker«. El anzuelo ya estaba lanzado y era cuestión de esperar a que picaran tanto productores como lectores.

¿Ofrece ‘Nemesis‘ lo que Millar vende? En parte sí. Nos presenta a un supervillano, el que da título al tomo, al que le gusta hacer el mal como hobby. Nada de traumas de la infancia ni desafortunados golpes del destino que lo ponen en la senda del mal, el tipo lo hace porque le gusta. Su ‘afición’ le lleva a enfrentarse al jefe de policía más respetado del mundo, Blake Morrow, de Washigton… Y a partir de aquí, violencia, violencia, y más violencia con un desconcertante final, ilustrada fríamente por Steve McNiven (‘Civil War’).

Todo lo que en ‘Kick-Ass‘ era molón -«¡Eh, una niña repartiendo estopa!¡Un adolescente jugando a ser superhéroe!»- aquí, como bien dice en Gerardo Vilches en su imprecindible The Watcher and The Tower-, se convierte en una sucesión de golpes de efecto que por su propio abuso pierden efectividad. También es cierto que ‘Kick-Ass tenía bastante más humor y contaba con el dibujo de John Romita Jr., y eso redondeaba bastante el resultado.

A los seguidores de Millar y amantes de los chorrazos de sangre en general, el tebeo -o la película- quizás les guste. El objetivo de Millar es loable: entretener. Pero quizás debería plantearse que hacer un cómic comercial de calidad exige un poco más que buenas peleas y páginas con explosiones.